* Juanita Casas Carvajal
...mientras buscaban en el baúl ropa apropiada para el frío, Ana encontró un par de gorros de lana de muchos colores que llamaron poderosamente su atención. Los gorros tenían pompones a los lados para cubrir las orejas y hacían juego con unas ruanas también de colores que parecían perfectas para el frío de la montaña, así que Ana y Martín se los pusieron y emprendieron su expedición.
Después de jugar un largo rato, escucharon el timbre; eran los abuelos que venían de visita y traían un delicioso pastel para la hora de la merienda. La Abuela abrazó a los niños y dijo sonriendo:
“Veo que han encontrado los chullos y los ponchos que compramos cuando fuimos a Perú”. Y mirando con cariño al Abuelo añadió: “Recuerdas ese viaje?”
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