* Juanita Casas - Los niños son curiosos por naturaleza, necesitan explorar porque aprenden principalmente a través de experiencias, juego e interacciones; por tanto, curiosidad y exploración van de la mano, siendo ambas elementos fundamentales para el aprendizaje.
Cuando los niños juegan y exploran desarrollan múltiples habilidades:
* a nivel motor grueso: los niños fortalecen y aprenden a manejar su cuerpo pues deben moverse, planear y buscar la manera de sortear los obstáculos que encuentren en el camino.
* a nivel de lenguaje y pensamiento: aprenden nuevas palabras que poco a poco empiezan a utilizar para expresar lo que piensan, experimentan y perciben a través de sus sentidos.
* en la capacidad para imaginar y crear: explorar y jugar libremente son actividades excelentes para alentar y promover la curiosidad y la imaginación.
No importa que al principio el juego aparentemente no tenga sentido para los adultos, los niños están ejercitando su imaginación y aprendiendo. Poco a poco comenzarán a entender que algunos juegos tienen normas y que en otros está bien utilizar imaginación.
Par tanto, la mejor manera de despertar y promover la curiosidad de los niños es proporcionándoles oportunidades para explorar y jugar libremente. Cuando notamos que algo llama su atención o despierta un interés particular, es un momento ideal para proporcionarles más información sobre el particular y motivarlos así a aprender más.
A los más pequeños podemos ayudarles nombrando lo que ven, pues son observadores atentos y están bien dispuestos a aprender constantemente. Por ejemplo, si un niño tiene interés particular por los perros, es ideal buscar cuentos de perros, mostrarle libros o fotos de diferentes razas, ayudarle a que empiece a describir usando características de forma, color y tamaño, textura, etc.
A medida que los niños van creciendo, la idea es invitarlos a buscar animales parecidos, diferentes, establecer comparaciones, en fin, a realizar un ejercicio cada vez más complejo y desarrollar múltiples habilidades.